En el micro no se puede usar cualquier cosa. Y al que alguna vez le explotó algún recipiente de cerámica, o se le rompió el micro por un malvado recipiente de metal, lo requete sabe.
Los recipientes a utilizar deben ser transparentes: sirven los de vidrio, los de cristal, de piro-cerámica o Vitro-cerámica. Esos sirven. Los que sí no sirven, son los recipientes de metal, así como tampoco los de papel aluminio.
También debe tenerse cuidado con algunas vajillas de cerámica. Porque algunas tienen dibujos o adornos con pinturas plásticas, o metalizadas, que nunca convienen.
Lo mejor, es usar recipientes que hayan sido fabricados especialmente para ser usados en el microondas. Hay recipientes de vidrio, de cerámica y toda clase de plásticos, diseñados para ello. Y por lo general, llevan una etiqueta que lo dice.
Además de los recipientes especiales, están las envolturas de plástico, el papel encerado, las bolsas para cocinar, el papel de pergamino y las toallas blancas de papel para hornos de microondas. Todas esas se pueden usar sin peligro. Lo que si debe cuidarse, es que estos materiales no toquen los alimentos durante la cocción.
Si tenemos dudas, podemos hacer una prueba para ver si el recipiente es válido o no para el microondas. La cosa es bien fácil, debemos colocarlo vacío dentro del aparato, al lado de un vaso lleno de agua. Conectamos el horno a su potencia máxima durante un minuto y ya está. Si al finalizar el tiempo, el recipiente está frío es que se puede utilizar. De lo contrario, arivederchi.
Via | mundohogar
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