Aplicaciones y diferentes formas de cocinar espárragos
Los blancos y los trigueros son los dos tipos de espárragos en fresco que podemos encontrar en el mercado y ambos admiten numerosas maneras de preparación
Los espárragos son los tallos jóvenes y tiernos de la esparraguera, una planta herbácea de la familia de las "Liliáceas". Pese a que se trata de un alimento que puede encontrarse durante todo el año gracias al cultivo en invernaderos, la mejor época para degustarlos es la que transcurre durante los meses de abril y mayo. Fuente importante de agua, también contienen una elevada cantidad de fibra, lo que hace que se conviertan en uno de los alimentos más efectivos en caso de estreñimiento. Además, son muy refrescantes, por lo que resultan idóneos para elaborar ensaladas. Dependiendo del tipo de espárragos que adquiramos, podemos prepararlos de diferentes maneras.
Espárragos trigueros
En el mercado en fresco podemos encontrar de manera habitual dos tipos de espárragos: los trigueros, y los blancos. Los primeros son silvestres, criados en terrenos cultivados de cereal y son más delgados, duros y amargos que los espárragos blancos. La forma más habitual de cocinarlos es a la brasa o a la plancha con unas gotas de aceite y sal gorda, con lo que adquieren un sabor delicioso. También se pueden cocinar fritos, asados o gratinados.
Los espárragos trigueros resultan muy adecuados para hacerlos a la plancha y acompañar a platos elaborados a base de alimentos tan variados como carne, pescado, arroz, pasta u otros vegetales. También se pueden preparar sofritos y acompañarlos con huevo, champiñones y jamón, ya sea en revueltos o con huevos al plato, por ejemplo.
Blancos
Los espárragos blancos, que son los que se cultivan enterrados, se consumen generalmente cocidos. Para hacerlo, debemos antes realizar una preelaboración: pelarlos, desde la punta hasta la base, y después atarlos en manojos procurando ordenarlos por tamaños. Una vez pelados ya se pueden cocer. La manera más tradicional es hacer un manojo con los espárragos envueltos en un paño y cocerlos en un recipiente alto con agua, sal, un poco de azúcar y unas gotas de limón.
No se suelen introducir las yemas de los espárragos en el caldo de cocción y normalmente se hierven durante 5 o 10 minutos. Para saber si están cocidos se les atraviesa la puntilla hasta la mitad. Luego se corta la parte trasera del tallo que haya podido quedar dura. Después de escurrirlos los rociamos con un poco de zumo de limón para evitar que se oxiden. Podemos reservar el caldo de cocción para preparar una crema o una sopa.
NUMEROSAS APLICACIONES
Los espárragos pueden añadirse a gran variedad de ensaladas frías o templadas, formar parte de una nutritiva menestra o servir para elaborar pudines. Rellenos y fritos, rebozados con harina y huevo, y rellenos de bechamel de marisco o de setas también pueden prepararse.
Otra forma de cocinarlos es gratinarlos con un poco de nata, huevo y queso. De igual modo, se pueden gratinar al horno con una salsa holandesa o con un poco de queso parmesano. Se recomienda que a la hora de servirlos estén calientes o tibios ya que si están fríos no se aprecia completamente su sabor.
Una de las mejores maneras de saborear estos deliciosos vegetales es acompañándolos de una salsa vinagreta o un poco de mayonesa o salsa rosa. En estos casos es preferible que la salsa esté a la misma temperatura que los espárragos.
Etiquetas:
Tecnicas de cocina
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