Ventajas de cocinar en olla a presión


Este tipo de cocción reduce las pérdidas nutritivas de los alimentos y el tiempo de preparación

Cocinar en una olla a presión es una manera rápida y fácil de preparar platos sin apenas utilizar agua, ya que el alimento se cocina prácticamente en su propio jugo, a diferencia de las ollas tradicionales, en las que se necesita mayor tiempo de cocción y mayor cantidad de agua, lo que da lugar a que parte de las sustancias minerales de los alimentos, sobre todo sodio y potasio, queden disueltas en ella. En este tipo de ollas los alimentos suelen cocerse a unos 100º C. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, el tipo de alimento que vayamos a cocinar.

El pescado, por ejemplo, es aconsejable envolverlo para que no se desmenuce, y no cocerlo más de diez minutos, aunque el tiempo variará también en función del pescado y del tipo de olla que se use. Para la carne se requiere mayor tiempo de cocción, alrededor de 30 minutos. En el caso de las verduras lo más recomendable es utilizar poca agua para que así conserven todo el color y las vitaminas, y el tiempo irá de dos a diez minutos.
Un uso correcto

Para optimizar los resultados de la olla a presión hay que tener en cuenta una serie de consejos.
La máxima cantidad de líquido que la olla puede admitir es de 2/3 de su capacidad total y la mínima es de 1/4.
Cuando se cocinen alimentos con tendencia a hincharse o que produzcan mucha espuma es mejor llenar la olla sólo hasta la mitad, para evitar que la válvula se obstruya.
No debe abrirse cuando aún tiene presión. No es aconsejable, tampoco, enfriarla bajo un chorro de agua fría ya que en los tiempos de cocción se cuenta el tiempo que tarda la olla en despresurizarse.
Para un mayor ahorro de energía, en el momento que la olla alcance su punto máximo de presión, hay que bajar el fuego. De la misma manera, una vez apartada del fuego, se mantiene cerrada hasta que baje la presión, y así se aprovecha el calor del interior.
Para limpiar las manchas azuladas que frecuentemente salen en el fondo, un buen remedio es frotarlas con vinagre. Nunca con sustancias como lejía o amoniaco. Las válvulas de presión hay que limpiarlas a conciencia con una varilla, con el fin de retirar restos de alimentos. No es necesario desmontar las ollas "super-rápidas", sólo hay que lavarlas con chorro de agua a presión.
Para mantener la junta de cierre, conviene lavarla después de cada uso y secarla antes de volverla a colocar. Si existen fugas, hay que cambiarla.
Características

La olla a presión es un recipiente hermético que no permite la salida de aire o líquido por debajo de una presión establecida. La presión en el interior hace posible que suba la temperatura por encima de 100° C, esto consigue que el cocinado de los alimentos sea de tres a cuatro veces más rápido que el cocinado tradicional. Cuando dentro del recipiente se alcanza la presión establecida, una válvula libera el vapor y deja que éste escape.

Las más modernas incorporan una válvula adicional que actúa en el caso de que el escape normal no funcione, lo que puede ocurrir muchas veces debido a que se obtura con alguna porción de alimentos, como hojas de repollo o piel de garbanzos. De la tradicional, con la válvula de escape giratoria, hasta las más innovadoras, que suelen llevarla en el mango de la tapa, el mercado ofrece distintos modelos, como las ollas aptas para ser utilizadas sobre cualquier tipo de fuego, sea gas, vitrocerámica, electricidad o inducción. Ahora, una nueva generación de ollas "super-rápidas" se vislumbran como las más avanzadas y sofisticadas del mercado.

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