Consejos para la conservación de los quesos.


Uno de los errores más habituales en la conservación de alimentos, es tratar todos los de una misma especie por igual, sin tener en cuenta las particularidades que, alguno de sus componentes, pueda tener a la hora de plantearnos el sistema de conservación. Hoy hablaremos de los quesos.
Los quesos ricos en agua deben envolverse en un paño ligeramente humedecido.
Los quesos frescos, de consumo inmediato deben conservarse a una temperatura de unos 2ºC.
Los quesos maduros (más de 3 meses de curación) pueden conservarse en la parte central del frigorífico (entre 4º y 7ºC).
Los quesos ahumados se conservan muy bien en el cajón de la fruta.
Cubrir bien el corte del queso con una lámina de papel de aluminio o de plástico para evitar la pérdida de humedad.
Si se quiere conservar un queso entero, es conveniente envolverlo cuidadosamente en papel encerado.
Es conveniente sacar los quesos del frigorífico con tiempo suficiente para que recuperen la temperatura ambiente antes de ser consumidos.

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