
El arroz es muy fácil de preparar y casi en cada casa tienen una forma a la que considera infalible para lograr un arroz granosito, suelto, pero cualquiera que sea la forma de cocción que elegimos debemos tener en cuenta algunos consejos básicos:
Elimina el almidón del arroz, bien sea lavándolo hasta que el agua salga clara, dentro de un colados y bajo el chorro, o bien sofriéndolo unos minutos en una sustancia grasa (aceite o mantequilla).
El liquido para la cocción debe estar siempre hirviendo al principio, lo que quiere decir que si lo sofríes, el agua que le vas a añadir debe estar a punto de ebullición.
Cuando ya el arroz está con su agua y su sal, remuévelo una vez nada más, preferiblemente con un tenedor, para evitar romper los granos y que no se apelotone.
Vigila bien el tiempo de cocción, destapado al principio a fuego vivo y luego al comenzar a secar baja el fuego al mínimo y tápalo.
Prueba para comprobar que el grano esta listo y que estén sueltos.
Apágalo aun algo húmedo, terminará de cocerse con el calor.
Si no lo sirves al minuto, es preferible que lo escurras sobre un colador y lo metas bajo el agua del grifo, dejándolo luego secar muy bien.
Para recalentarlo ponlo sobre un baño de maría o extiéndelo en una placa para horno y hornéalo a fuego mínimo unos minutos. Si tienes un microondas, colócalo en un recipiente apropiado, añade unas cucharadas de agua, cúbrelo con papel film y a media potencia caliéntalo unos minutos, revolviéndolo para que caliente parejo.
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