Para que las milanesas queden sequitas y crujientes una vez fritas, además del truquito consistente en colocarlas sobre papel absorbente, existe otro muy sencillo al que se puede recurrir y que se lleva a cabo de la siguiente manera:
Al mismo tiempo que se están friendo las milanesas tener en otra hornalla una cacerola de boca ancha con agua hirviendo (ambas hornallas encendidas, la de la fritura de las milanesas y la del agua en ebullición).
A cada milanesa que se fríe, al momento de retirarla del aceite pinchada con un tenedor, introducirla inmediatamente en el agua hirviendo y sacarla de la misma manera.
Es decir, pasarla inmediatamente de la fritura al agua hirviendo, y retirarla inmediatamente del agua hirviendo. Es sólo un segundo que la milanesa entra en el agua hirviendo.
Prueba este truquito y verás que milanesas más ricas y saludables obtendrás.
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