Congelar bien, rico y bonito
La refrigeración es el tratamiento de conservación más extendido y el más aplicado, tanto en el ámbito doméstico como en el industrial.
¿Por qué?… porque es práctico ¡Por qué más va a ser! Eso es algo obvio.
Su principal ventaja es que permite que los alimentos duren por mucho más tiempo y en muy buenas condiciones.
¿Por qué?… bueno eso no es tan obvio… pero ojo, igualmente simple. La clave de tal maravilla es el frío, que es capaz de inhibir el crecimiento de los microorganismos, incluidos entre ellos los patógenos habituales. Por tanto, cuando congelamos, les estamos dando a los alimentos un nivel mayor de seguridad.
Pero todo ello no termina allí, pues el bendito frió retrasa además la acción metabólica de las proteínas y las enzimas de los alimentos, y ello también prolonga su tiempo de vida.
Pero claro… todo depende de cada quien, y como no todos somos iguales, siquiera los comestibles, dependiendo de cual es el tipo de alimento variaran sus posibilidades de congelado y sus tiempos de refrigerado.
Por tanto y en base a dos razones que yo asumo como fundamentales, es que les propongo aquí -en este lindo espacio denominado elgranchef- comenzar a indagar el mundo de los alimentos congelados.
La idea es comenzar, de a poquito, a resolver ciertas dudas: qué alimentos se pueden congelar, cuales no, cuanto tiempo resisten congelados, que sucede si re congelamos, como debemos congelar, como descongelar, etc…
Creo que el objetivo queda claro, ¿verdad? Sin embargo, lo que no puede haber quedado claro, son mis dos supuestas razones fundamentales para embarcarme (y embarcarlos) en esta aventura.
Y no pueden haber quedado claras… porque jamás las dije. O sea, no quedaron nada: ni confusas, ni entendibles.
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