Las formas para comer legumbres
Las formas existentes para comer legumbres son miles. Hay variadísima cantidad de recetas, variadas formas de presentarlas, de combinarlas, de sazonarlas, etc… Sin embargo, entre ese mar de diversidad, existen ciertas formas para su consumo que se adecuan más que otras, a las particularidades del consumidor. Y por tanto, deberíamos considerar (además de que es lo qué nos apetece) tales aspectos para evaluar que es lo que a nuestro organismo le conviene.
Las legumbres cocinadas y servidas enteras, son uno de los platos tradicionales de la gastronomía española. Están incorporadas a una gran infinidad de platos, desde el cocido madrileño, la fabada asturiana o las pochas con almejas. Quienes no quieran limitar sus menús a estas preparaciones más laboriosas, pueden hacer platos diversos combinando las diferentes legumbres presentes en los mercados con una gran variedad de ingredientes.
La fibra es uno de los nutrientes que más se destaca en las legumbres cuando las consumimos enteras. Un plato de alubias (80 gramos en crudo) aporta alrededor de 15 g de fibra (casi la mitad del total diario recomendado). Sin embargo, ese mismo aporte elevado de fibra, puede tener repercusiones molestas sobre el organismo: gases e hinchazón abdominal.
El malestar anterior (los gases) se alivian si se incorporan las legumbres en forma progresiva en la dieta. Cómo se hace ello, bueno… comiendo una ración moderada cada vez que tocan legumbres en el menú. Cuando vamos incorporando las legumbres de a poco, mejora la digestión y las molestias no son tan evidentes.
Por tanto, y por ese elevado contenido en fibra, las legumbres cocinadas enteras son una buena alternativa a la hora de tratar el estreñimiento, disminuir la tasa de colesterol en sangre y mantener los niveles de glucosa en sangre más estables (lo cual es muy beneficioso para quienes tienen diabetes). Mientras que el puré de legumbres es mejor en caso de flatulencia e hinchazón abdominal
Claro, todo depende de con quien acompañamos nuestra ración de legumbres. Si comemos las mismas junto a una hamburguesa gigante llena de grasa y condimentos, poco podrán hacer las lindas legumbres. Por ende, debemos escoger ingredientes adecuados para estos trastornos de salud, como los vegetales y otros acompañamientos poco grasos.
Los ingredientes para ese tipo de dietas que tratan de mejorar cuadros de estreñimiento, colesterol y diabetes, deben ser ricos en fibra, pobres en grasas saturadas y bajos en calorías. Por ende, por ejemplo, es mejor comernos un plato de garbanzos con espinacas que otro de garbanzos con chorizo, tocino o bacón.
Seamos racionales. Las legumbres son muy buenas, pero nunca jamás mágicas.
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